Aguanta, aguanta mentiras, soporta verdades. Sigue permitiendo que te pisen, sigue tolerando que te humillen, contente, callate, aceptalo, mata tu puta dignidad, matala porque la lapidaron hace tiempo y ya no queda nada, nada por lo que luchar. Admite tus derrotas, acepta tus errores, confiesa tus secretos y tus mas recónditos argumentos. Intenta asimilar todo lo que te dijeron, intenta autoconvencerte de que el error es tuyo, intenta dejar de quererte, pretende pisar tu propio orgullo y revela que la culpa fue tuya, simplemente hazlo, o quiere hacerlo. Finalmente explota, estalla, rebienta en mil pedazos, en millones de trozos que el tiempo haga imposible arreglar. Revelate, está harta, harta de todo, harta de que tu propia familia te recrimine uno de los peores errores de toda tu vida, que te reproche el tiempo que perdistes y los momentos irremplazables que nunca podrás recuperar. Llora, llora hasta que los ojos te pidan descansar, chilla, grita, grita el nombre de las personas que se fueron, que su camino llegó al final, las que desaparecieron, se perdieron por él. Sientete responsable de todo, lamenta tu puta vida, la que tu has hecho, y admite que es peor de lo que pensaste que sería. Es triste, es deplorable que los que más te tengan que querer, te digan que a veces te odian y odian que estés en su vida.Y vuelve a callarte, guardalo en silencio, y escribe cartas, cartas que quemarás, cartas que olvidarás, cartas que nadie leerá, escribe, siente como cada palabra describe tu vida. Hazlo. Es la única vía de escape, aprovéchala.