Una democracia injusta

Llamamos vivir a pertenecer a una sociedad de apariencias, consumo y prejuicios, en la que en las calles cada vez más, asoma la desolación. Una sociedad en la que reina la hipocresía sobre todas las palabras, y los errores se resuelven con más mentiras. Una comunidad materialista y aplastante, en la que pisas o te pisan.
Una población que mide la belleza interior por el grosor de la cartera y no por lo que somos. Donde los defectos se critican y las virtudes se cuestionan.
Un mundo de ricos en el que se consigue la felicidad de unos con la desgracia de otros. En el que las personas comen hasta tener que vomitar, cuando medio planeta muere de inanición. Un mundo sin recursos, que roba a los más pobres lo único que poseen. En el que las personas enferman de consumismo. Un país que explota a sus propios ciudadanos, en un mundo que se hace llamar democracia. 
Un gobierno estúpido y mentiroso. Prometedor de esperanzas e ilusiones que acaban desapareciendo. Una democracia manejada por dirigentes que engañan y roban al pueblo que les da de comer, al pueblo que educa a sus hijos. 
Políticos que roban arcas públicas y son perdonados, padres que roban pan para sus hijos y son encarcelados.
Bancos que se enriquecen cediendo préstamos a ciudadanos incapaces de sostenerlos. Aquellos que echan a la calle familias enteras, por errores de quienes los guían, que les privaron de un trabajo. Los que llenan las calles de delincuencia y acaban con la honradez y la justícia en las aceras. 
Generaciones futuras que toman de ejemplo lo peor de las pasadas. Padres que pretenden que sus propios hijos tengan valores y respeto cuando ellos mismos recortan su educación.  Cuando las becas son reducidas, cuando se favorece a los más adinerados y no a los mejores. Cuando la sociedad se vuelve más radical y comunista.
Los ricos se hacen más ricos, y los pobres más pobres. 
La educación empieza a fallar, cuando nos resulta extraño ver a dos personas del mismo sexo de la mano. Cuando a los humanos se les atribuyen razas, como animales. 
Ésta es la sociedad en la que vivimos, una sociedad asquerosa y democrática



Invierno

Sugerí que te fueras,
entonces te marchaste.
Marchaste y yo morí

Soñando cada noche,
sentí en las palabras,
el tacto sobre la piel.

Suaves y dulces lágrimas,
que calladas por la noche, 
destriparon mis entrañas

Aquella mirada triste,
loca y cansada,
Cubrió con miles de hojas, 
la cumbre más elevada.

Lagos teñidos,
montañas nevadas,
cambiaron mi angustia,
quedó silenciada.

23 de noviembre, un año más

Te levantas una oscura mañana de noviembre. Hace frío, ese frío por el que no quieres salir de la cama. Miras el reloj esperando que sea pronto, pero pronto a veces es demasiado tarde. Hoy hace dos años, y unos cuantos más para los que tarde fue mi apellido. Un día más desde hace 830 dias, mi nombre es arrepentimiento. A veces los mejores se van, lo sé y hay que continuar como si nada. Pero esque yo no puedo abuelo, yo estoy estancada desde que te vi marchar. Nose si quiera si estarás leyendo esto, no puedo contar las veces que me hacias sonreír aún sin intentarlo, aún quedandote quieto. Y lo echo de menos, te echo muchisimo de menos. Ya nose que creer, sólo sé que estes donde estes, me vas a esperar y que de alguna manera me cuidas y me sacas de este bache que fue perderte. Nadie sabe las veces que pienso en ti, porque a veces mis lágrimas lloran por ello. A veces me resulta imposible llegar y que no estes ahí, en tu sillón, sentado como siempre viendo películas de vaqueros y regañandonos por intentar cambiar de canal. Los veranos juntos en el pueblo, en los que te ponias gruñon para que no te quitaramos ni el sofá ni la tele, y te acababas durmiendo. Y entonces jugábamos a meterte palillos en la boca antes de que te despertaras y te enfadaras, solo un poco. Y esque tengo tanto que contarte, que aún que estuvieses a mi lado no sabria ni por donde empezar. Hace dos años y me sigue pareciendo ridiculo que no estes aqui. Solo puedo decir lo que siempre repito y repetiré en todas tus cartas, creíste en mi como nadie lo hizo, y me levanto cada mañana, con la intención de cumplir aquello que me dijiste, aquello en lo que me convertiré. Las fuerza que tengo, los esfuerzos que hago, lo imposible que consigo, es posible por ti. 
Por muchos años que pasen dudo que se me vaya esa sensación de estar ahí sentado esperandome. Porque me trataste siempre como una niña pequeña, como una princesa, y aunque ahora ya no lo sea, sé que si algun dia nos volvemos a ver, me seguirás tratando igual. 
Te quiero, y eso no lo cambia que te hayas marchado ni los años que pasen de ello. Yo siempre cumplo mis promesas, recuerda las tuyas, porque algún día volveremos a estar juntos y por ellas me mantengo viva, un día más. 

Última estación


- Bailar bajo la lluvia moja- repitió

- ¿ Y qué? Si nos hace felices- balbuceé

- No estoy seguro de querer resfriarme por ti, Ana

- ¿No hablabas de mi felicidad? Ahí está- le susurré

- Las cosas han cambiado, nose si podré hacerte feliz

- ¿No lo sabes o no quieres saberlo?. Mientras tú estás ahí sentado yo me estoy perdiendo, perdiendo en mi misma, por ti.  No sabes lo que es eso, no sabes lo que es morir por alguien que ni siquiera se mojaria por ti.

-Lo siento Ana

Con ese lo siento acabó aquel frío otoño lleno de ilusiones. Y hoy solo quedaban los recuerdos, esos que se acaban callando, esos que el odio hace odiar y la soledad olvidar. Y esque sigo perdida en mi misma, aquel idiota consiguió que me perdiera por él.  Y ya no sé encontrar caminos que me lleven al principio, antes de amarle, no sé. Debe parecer estúpido para muchos, amar sin ser amado. Que se lo digan a los amaneceres blancos y a las puestas de sol acompañadas, que perderte en ti mismo, a veces es la guía que te saca donde has encallado.

Me quité su jersey, me agaché y le di un suave beso en la mejilla y justo antes de que abriera la boca le callé. 

- A veces es mejor no decir nada, que decir demasiado. Te devuelvo tu ropa, hoy me voy sola a andar bajo la lluvia. Que la mejor manera de encontrarse es perderse en uno mismo- concluí. Y esa fue la última vez que le vi, aunque tampoco le busqué demasiado.

La primera de muchas

Y aqui estoy, esta noche del 7 de octubre, escribiendo. Escribiendo para alguien, nose. Todo ha acabado para este seco otoño. Tantas letras en mi cabeza que ya no sé leerlas. 
Anoche, soñé que nada de esto había pasado, que todo seguía igual que aquel frío invierno, entre tus brazos. Recuerdo con claridad, aquella pequeña habitación en la que matabamos las horas, refugiandonos de la lluvia y comiendonos a besos. De pronto sin saber porque empezó a hacer calor, un cálido calor de verano, o de otoño, no sé. Solo sé que escapabas, nose ni a donde ni porque, pero te ibas. Intentaba retenerte entre mis brazos pero era inútil, porque estaban demasiado cansados. Tan solo recuerdo que no quise soltarte, pero lo hice sin querer. Tal vez fue culpa mía, o tuya, no sé. No volviste a mi lado. 
Me he despertado esta mañana y no estabas, te he buscado y no te he encontrado. Solo quería decirte que he vuelto a escribir. He vuelto a entender. Pero no he conseguido volver a sentir. 
Llega el frío y el calor se ha marchado, ya no tengo abrigo, ahora me toca coger sola el resfriado