Te levantas una oscura mañana de noviembre. Hace frío, ese frío por el que no quieres salir de la cama. Miras el reloj esperando que sea pronto, pero pronto a veces es demasiado tarde. Hoy hace dos años, y unos cuantos más para los que tarde fue mi apellido. Un día más desde hace 830 dias, mi nombre es arrepentimiento. A veces los mejores se van, lo sé y hay que continuar como si nada. Pero esque yo no puedo abuelo, yo estoy estancada desde que te vi marchar. Nose si quiera si estarás leyendo esto, no puedo contar las veces que me hacias sonreír aún sin intentarlo, aún quedandote quieto. Y lo echo de menos, te echo muchisimo de menos. Ya nose que creer, sólo sé que estes donde estes, me vas a esperar y que de alguna manera me cuidas y me sacas de este bache que fue perderte. Nadie sabe las veces que pienso en ti, porque a veces mis lágrimas lloran por ello. A veces me resulta imposible llegar y que no estes ahí, en tu sillón, sentado como siempre viendo películas de vaqueros y regañandonos por intentar cambiar de canal. Los veranos juntos en el pueblo, en los que te ponias gruñon para que no te quitaramos ni el sofá ni la tele, y te acababas durmiendo. Y entonces jugábamos a meterte palillos en la boca antes de que te despertaras y te enfadaras, solo un poco. Y esque tengo tanto que contarte, que aún que estuvieses a mi lado no sabria ni por donde empezar. Hace dos años y me sigue pareciendo ridiculo que no estes aqui. Solo puedo decir lo que siempre repito y repetiré en todas tus cartas, creíste en mi como nadie lo hizo, y me levanto cada mañana, con la intención de cumplir aquello que me dijiste, aquello en lo que me convertiré. Las fuerza que tengo, los esfuerzos que hago, lo imposible que consigo, es posible por ti.
Por muchos años que pasen dudo que se me vaya esa sensación de estar ahí sentado esperandome. Porque me trataste siempre como una niña pequeña, como una princesa, y aunque ahora ya no lo sea, sé que si algun dia nos volvemos a ver, me seguirás tratando igual.
Te quiero, y eso no lo cambia que te hayas marchado ni los años que pasen de ello. Yo siempre cumplo mis promesas, recuerda las tuyas, porque algún día volveremos a estar juntos y por ellas me mantengo viva, un día más.